Un joven de 18 años que estaba de vacaciones con su familia fue víctima de un grupo de adultos. Lo golpearon, amenazaron, intentaron subirlo a la fuerza a un auto, lo atropellaron con un cuatriciclo y le robaron sus pertenencias. Los agresores dijeron que uno de ellos era «el hijo de un embajador».
Cinco hombres golpearon, amenazaron y atropellaron con un cuatriciclo a un joven de 18 años que estaba de vacaciones con su familia en Punta del Este, Uruguay, porque “creyeron que les había robado”, según denunció la familia del agredido.
El joven fue atacado el sábado a la noche por cuatro personas que estaban en la casa contigua y que lo acusaban de haber sido autor de un robo a la vivienda que habían alquilado dos semanas atrás.
Según relató su padre, Pablo Romero García, que es profesor de Filosofía, docente de Ética en la Universidad Claeh y asesor en materia educativa en la Administración Nacional de Educación Pública, al joven le gusta el rap y el trap y viste ropa asociada estéticamente a estos estilos musicales, por lo que es común que use gorro de visera y capucha.
“Por ese estilo, cinco adultos de aproximadamente unos 30 años lo golpearon, amenazaron, intentaron subirlo a la fuerza a un auto y lo atropellaron con un cuatriciclo, pues supusieron que era un ladrón que caminaba por la calle con intenciones de robar”, expresó Romero García, quien además es columnista del medio Agesor.
«Los agresores, quienes intentaron matar a mi hijo, fueron nuestros vecinos”, explicó el padre.
La fiscal Departamental de Maldonado Ana Laura Roses, a cargo de la investigación, llamó a declarar a cuatro de los presuntos agresores y también le tomará declaración al joven, así como analizará las cámaras de la zona, entre otras medidas, confirmaron los diarios El País y El Observador.
Ni bien tomó estado público, el caso originó reacciones políticas, como la del intendente de Canelones, el frenteamplista Yamandú Orsi, quien en su cuenta de Twitter publicó: «Hombres golpearon, amenazaron y atropellaron con un cuatriciclo a su vecino de 18 años en Punta del Este porque ‘lo confundieron con un ladrón’. Apariencia delictiva, justicia por mano propia, o, por decirlo más claro, la ‘seguridad privada’ como opción. Una deriva peligrosa».
En la misma red social, Juan Pedro Mir, integrante del colectivo educativo Eduy 21, remarcó: «Otra foto del Uruguay que estamos generando. No podemos mirar para otro lado».
Tras la agresión, los hombres le dijeron a la familia que “iba a perder el tiempo denunciando” porque uno de ellos era “el hijo de un embajador”, informó el medio local La Diaria.
El Ministerio del Interior confirmó que la denuncia fue radicada en sede policial, y en el Sanatario Mautone de Maldonado constataron las lesiones que recibió el muchacho.
Los presuntos agresores están emplazados y declararán en los próximos días ante la Justicia, informó Javier Benech, director de Comunicaciones de Fiscalía General de la Nación.
En su relato, que forma parte de una denuncia que ahora investiga la Justicia, el muchacho dijo que había salido el sábado a las 20.30 de su casa y que, a pocos metros de atravesar el portón, había recibido una patada por atrás, y más atrás venían otros tres o cuatro hombres con cachiporras, que lo acusaban “de ser un chorro”.
El joven les dijo que vivía en la casa de la que estaba saliendo, pero los agresores lo amenazaron con «pegarle un tiro”.
La víctima salió corriendo y, al llegar a una rotonda, fue interceptada por uno de ellos en cuatriciclo, quien la atropelló.
Cuando pudo levantarse, el conductor del cuatriciclo aceleró para volver a atropellarlo, el chico logró eludirlo y corrió pocos metros hasta ser rodeado por el resto. En ese momento se acercó un auto. Los hombres lo tomaron de la ropa por la fuerza e intentaron meterlo dentro del auto.
El joven volvió a explicar que era vecino y los hombres resolvieron llevarlo hasta la casa para confirmar su relato.
“Si no vivís ahí, te vamos a pegar un tiro y tirar en una zanja”, lo amenazaron, y le aseguraron que estaban armados.
El padre del joven fue a la casa de los agresores y los increpó por la golpiza. Su respuesta fue que ya le habían pedido «disculpas”.
“Mi hijo fue golpeado, acusado erróneamente de ser un delincuente por quienes terminan obrando como tales, amenazado de recibir disparos, ser muerto y su cuerpo arrojado a una zanja, fue hurtado (le robaron su buzo y su gorrita, justamente aquellos elementos que sus agresores dieron por suficiente como para incriminarlo por la apariencia que le daba), le rompieron su celular, intentaron secuestrarlo y lo intentaron matar atropellándolo con un cuatriciclo», indicó el hombre en un comunicado.
Añadió que «luego le dieron 3.500 pesos (unos 6.000 pesos argentinos) para que se sintiera recompensado y no hablara de la situación» y que, mientras, lo amedrentaban a él para que no hiciera la denuncia porque «no tendría efecto alguno pues tenían alguna especie de inmunidad diplomática”.