El relevamiento del CAME también comunicó las causas por las cuales se produjo este fuerte incremento en los valores de los alimentos.
El último informe realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló un incremento significativo en los precios de los productos agropecuarios durante el mes de enero.
Según detalló el Índice de Precios en Origen y Destino, en el primer mes del 2024, «los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,8 veces del campo (origen) a la góndola (destino). Es decir, el consumidor pagó $3,8 por cada $1 que recibió el productor».
«En promedio, la participación del productor explicó el 26,9% de los precios de venta final. La mayor participación la tuvieron los productores de pimiento rojo (63,5%), mientras que la menor fue para los de naranja (11,7%)», agregó.
En el caso de las frutas y verduras, esta brecha alcanzó incluso las 7,5 veces, lo que significa que el consumidor pagó hasta 750% más por algunos productos en comparación con lo que recibió el productor. «La naranja (8,5 veces), el ajo (7,6), la pera (7,5), la cebolla (7,5) y la mandarina (6,8), fueron los cinco productos que presentaron mayor diferencia entre los precios de origen y destino», explicó el informe.
Además, tanto la naranja como el ajo son los que mayor brecha presentaron entre el productor y el consumidor, ya que fue del 63,3% y 24,1%, respectivamente.
Por otro lado, afirmó que entre los que menor diferencia encuentran entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor, se encuentran «el pimiento rojo (1,6 veces) subió 28,9% en origen -por la menor oferta, producto de las altas temperaturas y la sequía- y bajó 27,7% en destino, ubicándose dentro de los productos con menor brecha IPOD mensual». Lo siguen el repollo (1,9 veces), la lechuga (2,5 veces), la frutilla (2 veces) y el huevo (2,1 veces).
Luego, al referirse a las causas de este incremento mensual, se comunicó que tuvo que ver con la falta de convalidación de los precios finales, inclemencias climáticas adversas y la finalización de la temporada de cosecha para algunos productos y el inicio para otros, lo cual «conlleva un reacomodamiento de precios en ambos extremos de la cadena de valor».