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La contundente respuesta de un especialista del Pentágono en la investigación de vida extraterrestre

Sean Kirkpatrick, líder de la AARO, afirma con certeza la inexistencia de pruebas que respalden encuentros alienígenas, desafiando los mitos y rumores populares

Sean Kirkpatrick, físico especialista en láseres y materiales con un doctorado por la Universidad de Georgia, lideró la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) del Pentágono, una entidad dedicada a la investigación de objetos no identificados que superaban en maniobrabilidad a las aeronaves militares y violaban el espacio aéreo estadounidense. A pesar de estar al frente de la investigación de estos fenómenos, él se ha mantenido firme en que no hay evidencias de vida extraterrestre.

La AARO, desde su creación por el Congreso en julio de 2022, mantuvo un intenso interés en clarificar qué sabían los altos niveles del gobierno sobre los Objetos Voladores No Identificados (OVNIs), actualmente referidos como fenómenos aéreos no identificados (UAP por sus siglas en inglés).

A pesar de la presión pública y la curiosidad que rodea al tema OVNI, Kirkpatrick ha trabajado bajo un rigor científico, buscando datos concretos y desmitificando teorías conspirativas.

Recientemente, el Congreso aprobó una ley para la divulgación de algunos archivos OVNI y presentó otra que propone un mecanismo de reporte para pilotos comerciales. Este impulso legislativo pone de manifiesto el interés renovado en fenómenos aéreos anteriormente desatendidos.

En un esfuerzo por comprender mejor estos fenómenos, la oficina de Kirkpatrick emprendió el trabajo de entrevistar a testigos militares y de revisar videos, radares y otros datos que respaldan relatos de primera mano sobre UAPs, culminando con un informe entregado al Congreso.

Según el experto, aproximadamente el 2-5% de los informes investigados por la AARO son verdaderamente anómalos y requieren de una investigación más a fondo debido a la falta de datos suficientes para una explicación natural.

Usa Today resaltó que, en cuanto a las famosas teorías de conspiración de Roswell, originadas en 1947 cuando el ejército de los Estados Unidos informó haber capturado un platillo volador cerca de la base del ejército en Roswell, Nuevo México, Kirkpatrick atribuye el incidente no a una nave alienígena, sino a un programa gubernamental secreto para fabricar globos espía de gran altura.

De acuerdo con su perspectiva, las operaciones de recuperación de estos globos caídos, junto con un accidente real y fatal de un avión militar, contribuyeron a alimentar el mito OVNI.

Durante un episodio del podcast In the Room with Peter Bergen, al preguntársele directamente sobre la existencia de evidencia sobre extraterrestres, Kirkpatrick negó rotundamente tener dicha información. Subrayó que el trabajo de la oficina no es probar la existencia de vida extraterrestre, sino minimizar sorpresas técnicas y de inteligencia.

Además, Kirkpatrick resaltó que muchos de los objetos que los testigos identifican como OVNIs extraterrestres podrían ser en realidad nueva tecnología clasificada probada en nuestros cielos, o incluso aeronaves de naciones rivales usadas para espionaje. El caso del globo espía chino ejemplifica esta situación.

Futurism señaló que el testimonio del experto contrasta con las afirmaciones hechas en julio por el exoficial de inteligencia del Pentágono, David Grusch, quien testificó sobre un supuesto programa secreto del Pentágono para recuperar y estudiar naves y pilotos extraterrestres.

Sin embargo, Kirkpatrick cuestiona estas afirmaciones, indicando la falta de evidencia y el posible malentendido o influencia de un grupo de “verdaderos creyentes” dentro del aparato militar obsesionados con la investigación de alienígenas.

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