El encuentro tuvo tres tramos: en un principio, el Pontífice dialogó a solas con el Presidente argentino, luego se le permitió el ingreso a la secretaria general Karina Milei y finalmente se sumaron los ministros que formaron parte de la comitiva especial
(Enviado especial a Roma, Italia) Javier Milei concretó finalmente su esperada reunión con el papa Francisco en el Vaticano. El Presidente estuvo 70 minutos con el Pontífice en un encuentro que tuvo tres tramos. En el primero, el jefe de Estado argentino y el obispo de Roma hablaron a solas; luego ingreso la secretaria general y hermana del mandatario, Karina Milei; y finalmente se sumaron los ministros que formaron parte de la comitiva: Guillermo Francos (Interior), Diana Mondino (Relaciones Exteriores) y Sandra Pettovello (Capital Humano).
Javier Milei llegó a la Santa Sede a las 8:58, hora local (4:58 de la Argentina). Fue recibido en el Palacio Apostólico.
El jefe de estado, que había tenido fuertes palabras para con la máxima autoridad de la Santa Sede durante la campaña, ya mostró que es un capítulo que quedó atrás ayer en un encuentro que tuvieron en la Basílica de San Pedro y un abrazo que sorprendió al propio presidente.
Si Francisco está convencido de una acción política, no duda en expresar los afectos y tampoco le importa si es adentro de Santa Marta o en la mismísima Basílica de San Pedro. El Papa se enfrentó en público a Javier Milei durante la campaña electoral, y cuando llegó a la Casa Rosada leyó o escuchó todos los informes a disposición: laicos y religiosos; kirchneristas y sindicales; oficialistas e internacionales.
Imágenes del ingreso de Milei al Palacio Apostólico para la reunión (Photo by Andreas SOLARO / AFP)
Karina Milei acompañó al Presidente
La Guardia Suiza, en el ingreso del Presidente
El Presidente Milei llegó al Vaticano
Después de cotejar esos datos heterogéneos, Francisco construyó su propia conclusión: Milei, El Loco, merecía una oportunidad, que ayer le fue dada en la Basílica de San Pedro, y hoy se puede consolidar durante la audiencia que ambos protagonizarán en el Palacio Apostólico.
El Presidente con el Papa empezó a entender cómo funciona el poder como metodología de gobierno, y finalmente propuso a la distancia una Pax Vaticana. Y esa propuesta tuvo una derivación que meditó en Buenos Aires y coronó en la Ciudad Vieja de Jerusalén: visitar el Santo Sepulcro junto a Karina Milei y prender las velas en tributo a Jesucristo.
Las fotos de Milei y la secretaria General en el Santo Sepulcro llegaron sin escalas al Vaticano. Y Francisco, que desde hace décadas ya sabe que el poder ejercido ordena la agenda política, definió que en la audiencia de hoy estén juntos Javier Milei y su hermana Karina.
No es habitual que el presidente invitado lleve a la audiencia a una secretaria General, pero en este caso el funcionario de rango medio es su hermana. Francisco sabe acerca de la importancia de Karina Milei en el Gobierno, y por eso sugirió que el cónclave inicie con los dos hermanos a la vez.
Karina Milei saluda al Papa Francisco en la Basílica de San Pedro. Atrás se observa a la canciller Diana Mondino
Además de Karina Milei, el presidente llegará al Vaticano acompañado por la canciller Diana Mondino; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; el ministro del Interior, Guillermo Francos; el secretario de Culto, Francisco Sánchez, y el rabino Shimon Axel Wahnish, designado embajador en Israel.
La audiencia comenzará a las 9.00 (cuatro horas menos en la Argentina), y para las comparaciones basadas en la estadística política, la primera reunión de Macri con Francisco duró 22 minutos. Y exactamente el doble, el primer cónclave papal de Alberto Fernández.
Con todo, y al margen de la extensión de la audiencia, la clave es la profundidad de la conversación, la descripción del programa de Gobierno y su cumplimiento en el futuro cercano. Francisco sabe de política, conoce la coyuntura de la Argentina y no necesita que le expliquen las dificultades estructurales que enfrenta Milei para ejecutar su hoja de ruta.
Pero el Papa también puede distinguir entre promesas de cartón pintado y dificultades de coyuntura causadas por la propia debilidad institucional o la falta de experiencia en el poder.
Si en la audiencia se ofrecen promesas de cartón, Francisco baja el martillo y no hay nada que hacer. En cambio, si el programa no avanza pese a la voluntad política, el Santo Padre jugará en silencio para facilitar las cosas.
Hoy Milei describirá su proyecto político, y el Papa hará los gestos necesarios para demostrar que le creyó o, por el contrario, lo enviará al Purgatorio hasta nuevo aviso.
El jefe de Estado viene preparado para esquivar el eventual Purgatorio de Francisco. Describirá desde su perspectiva qué sucedió con la denominada Ley Ómnibus; estará la ministra Pettovello para explicar hacia adónde va el gobierno en materia social, y el ministro Francos -su exalumno de la facultad-, trazará las líneas rojas que la administración de la Libertad Avanza no tiene intenciones de cruzar.
El abrazo entre Milei y Francisco -a pedido del Presidente- es una escena inédita en la historia política del país. Dos ex adversarios, jefes de Estado, se abrazan en medio de la Basílica de San Pedro tras la canonización de la primera santa argentina, conjugando así un gesto que puede proyectar otra idea sobre el ejercicio del poder.
El Santo Padre ya está descarnado y Milei es proclive a escuchar a los mayores con impronta religiosa. Una combinación política diferente, en una coyuntura social y económica que nunca se padeció en cuarenta años de democracia.