El Gobierno deberá encontrar vías de financiamiento alternativas para acompañar una reducción del déficit fiscal primario y, según los especialistas consultados esto podría lograrse con una combinación de mejores tasas de interés por parte de Economía y una coordinación con el BCRA.
El objetivo del Gobierno de financiar un déficit fiscal de hasta el 2,5% del PBI en 2022 con una mayor colocación de deuda en pesos y una fuerte reducción de la emisión monetaria es cumplible, coincidieron analistas consultados por Télam que ven espacio en el mercado local para colocar más deuda de la que vence, una dinámica que ya se ha venido dando en las primeras licitaciones del año.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, anunció que el principio de acuerdo para un programa de Facilidades Extendidas con el FMI, que permita refinanciar los US$ 45.000 millones de deuda con el organismo, incluye una reducción de 3,7 puntos del PBI de emisión monetaria de asistencia al Tesoro por parte del Banco Central (BCRA) en 2021 a sólo 1 punto en 2022.
El escenario plantea un desafío para el Gobierno, que deberá encontrar vías de financiamiento alternativas para acompañar una reducción del déficit fiscal primario de cerca de 3 puntos del PBI a 2,5 puntos.
Al respecto, economistas consultados por Télam señalaron que esto podría lograrse con una combinación de mejores tasas de interés por parte del Ministerio de Economía y una coordinación con el BCRA, que podría incluir cambios en su normativa para llevar parte del dinero que hoy está inmovilizado en Leliqs y Pases a títulos del Tesoro.
«La meta de déficit primario de 2,5 puntos del PBI luce más cumplible. La que es sin duda más exigente es la reducción de emisión monetaria para asistencia del Tesoro», apuntó a Télam el director de análisis macroeconómico de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina. De acuerdo con los cálculos de la consultora, el Ministerio de Economía este año deberá conseguir entre 1,8 y 2 puntos del producto en el mercado local para cumplir con la meta de déficit, lo que a valores de hoy equivale a cerca de 1,2 billones de pesos.
Para lograrlo, la cartera que conduce Guzmán debería obtener fondos por el 117% de sus vencimientos de deuda en pesos este año. «Una de las claves va a ser una tasa de interesa atractiva del Tesoro», aseguró Gravina.
En ese sentido, tanto el Tesoro como el BCRA comenzaron a subir los rendimientos que pagan por sus títulos de deuda, con la idea de alcanzar tasas reales positivas frente a la inflación que, de acuerdo con datos del Indec, alcanzó el 50,7% anualizada a enero.
En su última licitación de febrero el Tesoro colocó Letras de Descuento (Ledes) a mayo y julio que pagaron 52,6% y 52% de TEA (Tasa Efectiva Anual), niveles muy similares la tasa de la Leliq a 28 días -los títulos a los que pueden acceder los bancos para respaldar los plazos fijos de sus depositantes- que fijó el BCRA el último jueves, cuando subió 250 puntos básicos la tasa de interés de su política monetaria a 42,5% nominal anual (TNA), equivalente a una TEA de 51,9%.
«Claramente la tasa real positiva tiene que ser liderada por el Tesoro y no por el BCRA. Si eso pasa, no sólo conseguirá una colocación neta positiva sino también dar algo de respiro al balance del Central», sostuvo el analista financiero Christian Buteler.
La suba de tasas le permitió al Gobierno cerrar el primer mes del año con un financiamiento neto positivo de $110.400 millones (vencían casi $ 300.000 millones), lo que implicó una tasa de refinanciamiento del 137%, a lo que se sumaron otros casi $ 90.000 millones que consiguió en la primera licitación de febrero
«En la medida que el Tesoro suba más la tasa podrá tomar una porción del dinero que hoy está en los bancos o que tienen inversores institucionales, al tentarlos con rendimiento más atractivos que los que ofrece el Central», agregó Buteler, que consideró que se trata de un nivel de endeudamiento que «se puede lograr».
Según cálculos de Equilibra, cerca de $ 550.000 millones que los bancos tienen hoy depositados en Leliqs podrían volcarse a títulos públicos a cambio de integrarlos como encajes bancarios, una disposición que habilitó el año pasado el Central para alentar a los bancos a que aporten fondeo para las licitaciones del Gobierno.
«Si el Tesoro lograra tomar parte de esa liquidez que hoy está en los bancos sería una forma más razonable de financiarse que con emisión. Al mismo tiempo, sería un alivio para el BCRA que vería reducir su nivel de deuda», sostuvo Gravina.
Para el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, si bien hay que tener en cuenta que una parte del déficit podrá financiarse con el aporte de organismos internacionales como el BID o el Banco Mundial para proyectos específicos, el Banco Central podría ayudar a que el financiamiento a Tesoro se acelere si tomara «normativas tendientes a reducir los pases bancarios».
«La plata para financiar el déficit está pero creo que con algunas modificaciones en la normativa actual podría acelerarse ese proceso», dijo Letcher a Télam, quien coincidió en que hay cerca de un punto del PBI (550.000 millones) que podría migrar de los bancos a títulos del Tesoro para ayudar en el cambio de financiamiento del déficit.
«No está resuelto el esquema de financiamiento que contempla el acuerdo con el FMI pero es realizable, y va a la par del planteo de la reducción del déficit», aseguró.