Indicios para identificar que el alimento no se encuentra apto para su consumo
Resulta fundamental conservar correctamente la carne, ya que las posibilidades de enfermarse debido a una intoxicación alimentaria aumentan exponencialmente cuando esta no es fresca o no se ha guardado de manera adecuada.
Para saber si la carne se encuentra en mal estado tené en cuenta los siguientes consejos:
1) Verificá la fecha de caducidad
Antes de comprar cualquier bandeja de carne, comprobá la fecha de caducidad que se especifica en el envase. En el caso de que la fecha ya se haya pasado, entonces no debés comprarla. Así mismo, si el envase no tiene fecha de caducidad, lote o fecha de envasado, tampoco la lleves, más que nada por seguridad.
2) Comprobá el color
Es otro de los principales elementos que te alertarán, y es que no tiene por qué haber pasado de su fecha de vencimiento para estar en mal estado. Tené en cuenta las siguientes indicaciones:
– La carne de aves de corral puede ser desde un color blanquecino azulado a un tono más amarillo.
– La carne cruda de cerdo, en condiciones óptimas, debe presentar un color grisáceo-rosado.
– Normalmente, se asocia la carne picada con un color rojo brillante; sin embargo, este no es su color natural y se produce debido a que está expuesta al aire. Si la carne picada fresca ha sido envasada al vacío y se mantiene a partir del oxígeno, su color debería ser una especie de rojo púrpura. Por otro lado, contrariamente a lo que se cree, cuando se vuelve algo marrón, no significa que esté en mal estado, sino que pertenece a animales de mayor edad. Además, en muchas ocasiones la propia iluminación de la tienda puede causar una variación en el color, dándole un tono marrón-rojizo.
3) Olela
Es quizás la forma más fácil de saber si está en mal o buen estado. Así, sea cual sea el tipo, en el caso de que huela mal o a rancio no es comestible y debés deshacerte de ella.
4) Comprobá su consistencia
Tomá el tiempo que necesites para inspeccionarla al detalle y no olvides que la podrida, normalmente, presenta una textura viscosa que delata que las bacterias ya han empezado a multiplicarse sobre su superficie.
5) Comprobá el sabor
Si a pesar de tener sospechas decidís cocinarla y al probarla notás un sabor que difiere a como debería es evidente que es mejor que no te la comas.